Fotografía: TVE

Cuando en aquel verano de 1979 Antonio Mercero comenzaba a impresionar los primeros metros de película tras dar la orden del inicio del rodaje, jamás pudo imaginar la repercusión que iba a tener aquella serie por encargo de Televisión Española que no solo iba a movilizar la práctica totalidad de los hogares españoles a través de los 19 capítulos de los que constaba. Los personajes de aquella historia aparentemente juvenil, que en realidad mostraba todo un crisol de los pensamientos sociales y políticos de una época crucial para el futuro de España, se quedaron para siempre entre millones de familias del país. Posteriormente, de otros lugares remotos y, conforme ha avanzado el tiempo, de generación en generación.

Agosto de 2019. Cuarenta años ya del inicio del rodaje de VERANO AZUL. ¡Cuántas cosas han ocurrido en cuatro décadas! Pero hay algo que permanece inalterable: la imperiosa necesidad de todos de silbar aquella maravillosa sintonía que compuso el maestro Carmelo Bernaola para presentarnos a una pandilla de chicos y chicas que vivieron los días más intensos de sus vidas en un pueblo costero que, aunque jamás se menciona su nombre en la serie, vino a significar un antes y un después para la bella localidad malagueña de Nerja.

Banda Sonora Original de VERANO AZUL, compuesta por Carmelo Bernaola. Hasta 2018 no se ha editado el disco con los máster de la música de la serie. Casi cuarenta años después de su estreno…

Había más de una treintena de municipios en cartera pensados para acoger el rodaje de VERANO AZUL. Desde meses antes, el equipo de rodaje y especialmente de fotografía venía visitando localizaciones donde ubicar aquella historia que un día Mercero le comentó, como quien no quiere la cosa, al director de TVE en aquellos momentos, Miguel Martín, después de que éste le lanzara el órdago de continuar trabajando para la televisión pública. «Tengo en mente una historia de una pandilla de chicos y cómo pasan su verano», le adelantó el realizador, que durante toda la década de los setenta ya había venido haciendo series televisivas como ‘Crónicas de un pueblo’ o ‘Ese señor de negro’, sin olvidar lo que supuso el cortometraje ‘La cabina’, también con un José Luis López Vázquez pletórico.

Dicho y hecho. Aunque en realidad, en el intervalo temporal de ambas palabras, transcurrió más de año y medio de rodaje -más complicado de lo que reza la teoría- hasta que aquella tarde del 11 de octubre de 1981 nos sentamos todos frente al televisor para ver a Julia, una profesional dedicada a la enfermería metida a pintora aficionada -así se lo confiesa a Chanquete mientras le pincha el culo en uno de los capítulos- llegando a un pueblo de casas encaladas, techos tejados… el lugar ideal para buscar la redención del sino que la vida le había deparado a una chica joven que perdió a su familia en accidente de tráfico.

Y sucede que tras Julia aparecen Javi, el capitán; Pancho, el enamorado; Quique, que conforme vemos más veces la serie nos percatamos que su participación no es tan testimonial como parecía la primera vez; el glotón de Manolito, el ‘Piraña’; el micurria de Tito, con sus dentadura cambiante por capítulos porque en año y medio de rodaje es imposible detener el crecimiento de los pequeños; Desi, la entrañable chica a la sombra estética de Bea, su hermana en la vida real, cuya belleza desborda del todo en los últimos fotogramas en los que aparece en el capítulo final, vestida de fucsia. Y con ellos, el marinero de ignoto pasado cuya muerte hizo llorar a toda España; Frasco y su taberna chupando del carrasco; Epifanio, al que todos desearíamos votar; y todo un universo de padres y madres de los chicos, de personajes secundarios según los capítulos, del Gran Massip crepuscular encarnado por un Sergio Arteta que decidió vivir para siempre en Nerja desde su País Vasco Natal… y allí vive eternamente con el epitafio más bello que pudiera tener.

Tumba del actor Sergio Arteta, ‘El Gran Massip’, en el cementerio de Nerja.

Aquello fue, y es, VERANO AZUL. Lo será por siempre. Muchos espectadores potenciales muestran desdén cuando se habla de la serie cuando se repone cada cierto número de años en televisión. Aunque parezcan más, han sido doce en cuarenta años, incluyendo la de ahora en agosto. Pero los números, a pesar de ser fríos, sirven para demostrar que estamos ante una serie inmortal. Cuatro décadas y un capítulo como ‘El ídolo’ fue visto el pasado 22 de agosto de 2019 por 502.000 espectadores con un share del 5,8%. Lo más seguido en La 2 durante el verano está siendo VERANO AZUL, y es constante la actividad en grupos de redes sociales diariamente, con miles de participantes que hablan sobre todos los aspectos del rodaje y un extenso anecdotario. No es flor de agosto, puesto que desde hace años ostentan esta actividad. La página web http://www.veranoazul.org ha sido la biblia de muchos veranoazuleros desde hace más de una década, y asignatura pendiente: Miles de visitantes acuden a Nerja buscando su Verano Azul y recuerdos que llevarse a sus hogares, pero no prolifera el merchandising sobre una serie que fue protagonista durante algunos años de una exitosa ruta que diariamente realizaba Miguel Joven ‘Tito’, único nerjeño de origen del elenco actoral de la serie, y al que no hay un solo día que no le mencionen la serie. Como a Ayo, en cuyo merendero es requerido diariamente por su clientela para, entre paella y paella, posar con ella para fotografiarse con aquel joven que tenía la mejor yegüa de todo el entorno y con la que Pancho Panza quería dar el golpe de gracia a Bea para que cayera rendida a los pies de un jinete enmascarado que hoy día muchos quieren ver de nuevo en primera línea junto con los recuerdos de la serie.

Miguel Joven ‘Tito’, en una de las rutas que en años pasados realizaba con localizaciones de la serie. Fotografía de agosto de 2013.

VERANO AZUL nos adelantó, en boca de sus protagonistas, temas capitales para una España convulsa, cambiante en aquellos años. La ingenuidad infantil de los niños servía como justificación para que los mayores, especialmente Julia y Chanquete, dieran rienda suelta a declaraciones de intenciones aperturistas en esos momentos. El divorcio (‘El visitante’), la especulación inmobiliaria (‘No nos moverán’), la fama que crea muñecos rotos (‘El ídolo’), la defensa del medio ambiente (‘No matéis mi planeta por favor’), el alcoholismo (‘La última función’), el feminismo (‘Eva’)… así podríamos citar y relacionar, uno por uno, los 19 capítulos de la serie con debates que hoy día podrían resultar absurdos, pero que no lo eran en absoluto en 1980. No hay que olvidar que tan solo ocho meses antes del estreno de VERANO AZUL, el Rey don Juan Carlos aparecía ante nosotros vestido de capitán general del Ejército, para garantizar la democracia que horas antes había sido socavada por un teniente coronel de la Guardia Civil, secuestrando a los representantes elegidos por los españoles en las urnas. Aun quedaba mucho camino por recorrer…